La evolución de la educación privada en México ha crecido durante los
últimos años de manera exponencial, a partir de los años 90 se generaron nuevas
alternativas y procesos de reconstrucción en la oferta de la educación superior en
nuestro país (Muñoz y Silva, 2013). Este crecimiento acelerado se ha dado en
gran parte por la idea del gobierno por usar la educación superior como la palanca
que impulse el desarro integral, la democracia y la convivencia multicultural, para
formar mexicanos con conocimientos vanguardistas y comprometidos (Cruz y
Cruz, 2008).
Este acelerado crecimiento en nuestro país podría considerarse de primer
momento como algo excelente, sin embargo, varios han estado interesados en
conocer el impacto de la apertura en la educación superior, se pude encontrar
como ventaja principal el hecho de que ahora más personas tienen posibilidades
de elegir una Universidad para realizar estudios profesionales, llegando a
poblaciones y sectores sociales que antes las Universidades públicas no
alcanzaban y sus espacios no satisfacian la demanda existente.
Sin embargo, uno de los principales cuestionamientos que se ha hecho es
el cuidado del nivel académico ya que al expandirse la educación superior de
manera exponencial se puso en riesgo la capacidad para supervisar los procesos
de calidad académica. Según el periódico imparcial (2015), en los últimos 8 años
el número de universidades privadas se duplicó al llegar a 2 mil 858, sin embargo
sólo 113 están acreditadas por FIMPES, por esta razón urge al estado establecer
políticas efectivas que: regulen el crecimiento de instituciones de ES o crear
procesos e inversión para la supervisión y aseguramiento de la calidad académica.
En la actualidad con todo y lo mencionado la educación superior sigue
siendo una realidad muy lejana para la mayoría de los jóvenes de nuestro país; en
datos oficiales solo 3 de cada 10 personas entre los 18 y 14 años se encuentran
inscritos a una Universidad (Fuentes, 2016). Urge a todos los que estamos en el
ámbito educativo clarificar y ser parte del mejoramiento de la calidad educativa.
Bibliografía:
Cruz, Y., & Cruz, A. (Julio de 2008). UAQ. Recuperado el 2 de Noviembre de 2016, de UAQ: http://www.uaq.mx/docs/secplaneacion/novedades/MODELOSEDUCATIVOS/articulos/04.pdf
Fuentes, M. (8 de Octubre de 2016).
Exclusión: Signo de la educación superior. México Social.
Muñoz, C., & Silva, M. (9 de Agosto de 2013). ANUIES. Recuperado el 3 de Noviembre de 2016, de
ANUIES
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